¿En qué estaba pensando el director de ventas de Lidl cuando decidió reducir a mitad de precio el pepino español? Desde luego, no en los agricultores que sufren el mecanismo brutal de las grandes cadenas de alimentación. Tampoco tenía su calculadora muy cerca (no soy contable, pero, dos veces 0,69 me parece que da otra cosa que 1,49..., más bien 1,38). ¿Será que estaba, debido al sol ardiente de julio, mirando intensamente en la dirección de su secretaria con los consiguientes pensamientos 'impuros' que se relacionaban con el resultado de la oferta de los pepinos? Yo pienso que sí... o bien, que le despidan, porque el pobre no sabe ni contar... Y aquí hablamos de céntimos, pero si son cálculos de cientos de miles de euros, pondría en peligro la viabilidad de la empresa (que de verdad, me importa un pepino...).
